Necesitamos volver



Ellos defendieron a la Patria casi sin darse cuenta. Hoy se dicen (y les decimos) EX - combatientes. Sin embargo, ellos la pelean día a día para vivir, para ayudar a sus compañeros, para lograr el reconocimiento que se merecen. Ellos que vieron flamear la bandera inglesa en lo alto del mástil, mientras la de Argentina, tirada en el suelo, era salpicada con barro por la marcha del ejército vencedor, que marcaba el ritmo a los prisioneros de guerra. En esa caminata estamos todos, o por lo menos deberíamos estarlo. Porque lo que cuenta Armando Scévola, defensor de la Patria, no es sólo su historia, si no que es la tuya, la mía… la nuestra.

Armando tuvo que pasar de estar vestido de civil, pronto a recibir la baja, a ponerse la vestimenta verde, subirse a un avión con la única orden de plantar morteros y aprontar el armamento, pero sin saber para qué. Pasó de agarrar las valijas para volver a casa, a enseñarles a jóvenes conscriptos de 19 años cómo empuñar su arma. Él junto a otros miles de argentinos hicieron de los bombardeos enemigos una costumbre. Todos pensaron, más allá del entrenamiento (si es que lo tenían), como sería el encuentro cara a cara con algún inglés que peleaba por lo que creía justo. Armando recorre cada centímetro de la Isla que le tocó recorrer hablando sobre el compañerismo entre los soldados. Muchos llegaban a cambiar sus cigarrillos por una ración de alimento. Pero él y su batallón, que por suerte comida tenía, les daba una ración sin hacer el canje. Ellos que siguieron peleando sin saber que el país que defendían ya se había rendido. Estos combatientes son los mimos que quedaron solos, porque sus superiores se habían retirado antes del repliegue general. Estos adolescentes empuñando sus armas sin saber el rumbo, esperando el final con la piel impregnada del suelo al que defendían.

Sólo Armando y los combatientes tuvieron esa sensación inexplicable, de sufrimiento, de ver flamear injustamente una bandera inglesa en tierras que no son de ellos. Mientras el pabellón de la patria defendida era pisoteado, humillado, salpicado con barro y sin posibilidad de juntarlo. Estos combatientes transitando nuestras Islas Malvinas como prisioneros de guerra, son los mismos que volvieron sumidos en el silencio de una sociedad que no sabía de su vuelta y silenciados para no contar el episodio bélico. Los combatientes derrotados, abandonados en terminales sin plata, sin boletos, sin nada. La suerte de Armando y dos amigos, los tres entrerrianos, de encontrar a un chofer conocido y solidario que los lleve a destino.

A muchos años de haber pasado todo esto, Armando y sus compañeros, siguen siendo combatientes y en su lucha está la historia de haber defendido a nuestra patria. Armando pide volver, no por gusto sino por necesidad. Necesidad de despedirse de los compañeros que quedaron allá, de sentirse aunque sueño dueños de transitar la tierra que defendieron y que injustamente es de otros. Y vaya a saber que otras necesidades tienen todos estos grandes valores argentinos. Necesitamos volver, cerró Armando y yo con lágrimas los acompaño, como creo debemos acompañarlos todos. Por eso digo que esta no es sólo la historia de un soldado, sino la nuestra.



3 comentarios:

Gabriel dijo...

Cuando finalizó la guerra y volvió la democracia la sociedad un poco herida, un poco enferma, un poco manipulada decidió mirar para otro lado. En 1984 la mayoría prefirió rendir parte del territorio nacional a Chile antes del fantasma de la guerra (en el único mlugar del país que ganó el NO fue en Tierra del Fuego) Los radicales se horrorizaron y miraron para otro lado. El justicialismo Menemista visitaba a la Reina de Inglaterra y les mandaba ositos a los isleños usurpadores. La desmalvinización fue completa. Por mucho tiempo he escuchado a los jóvenes decir que hay que dejarse de joder con eso porque las Malvinas son inglesas. Hoy. con orgullo y con emoción puedo leer este texto de mi compañero (recordar lo de compartir el pan) y sentir que a pesar de los 20 años que nos separan hay sentidos puntos de encuentro. Y encima con un título tan especial. Es verdad. Necesitamos Volver. En todos los sentidos de esta frase.
Gracias por estas lágrimas y por compartir este sentimiento. Y gracias armando, tus compañeros los que volvieron y los que quedaron allá.
Gabriel.

Raquel dijo...

y necesitamos RECORDAR, enseñarle a los jóvenes lo que pasó, que el sufrimiento de aquellos soldados , sus flias y el actual de los veteranos no quede en el OLVIDO.

Chuli! dijo...

Aplausos para ustedes, no tengo mas que decir. Solo que de vez en cuando nos viene bien un cachetazo como el que nos dieron con "Necesitamos volver". Gracias.

Abrazo