Lo que importa... es la altura del río!!



Bueno, ahora sí. Se acabó la crisis económica internacional, ya no hay más problemas de inseguridad, las medidas anunciadas por la presidente quedarán para marzo del año que viene, la reforma de la Constitución de Entre Ríos quedó muy atrás y las huellas de una multitudinaria procesión del virgen fueron borradas por la lluvia de la madrugada. Éstos son sólo algunos ejemplos, porque sería imposible numerar todas las cosas que quedarán relegadas de la agenda cotidiana de la gente. Lo que realmente importa ahora es: en primer lugar la altura del río; y segundo el pronóstico del tiempo. Nada será más apasionante en este verano (como en los anteriores) que levantarse pensando en si la altura del río será la adecuada para acceder a las distintas playas uruguayenses y además saber si el tiempo acompañará la jornada. Claro, ya a esta altura el año está perdido (hay quines sostiene que se pasó enero, se pasó el año). Después del viejo ritual de todos los 8 de diciembre, cuando los representantes del gobierno municipal y las autoridades eclesiásticas viajan en comitiva de una playa a la otra para bendecir las aguas e inaugurar oficialmente la temporada estival, augurando (pero haciendo poco, como siempre) un verano turístico glorioso. Volviendo al tema de las prioridades… Nada será más importante de aquí hasta, por lo menos, finales de la primera quincena de febrero. Que importa si se cae la bolsa de Wall Street o el Down Jones o el precio de los cereales. La verdadera tragedia sería que el río pase los tres metros de altura. Sólo tres metros de agua ocasionarán la gran ira de muchos vecinos prontos a disfrutar del sol, de la playa, de las vistas (si, incluye todas), de la arena. Una ira, como la que nunca se despierta durante el año con otras acciones (no de la naturaleza, si no del hombre) que son más injustas, egoístas y sobre todo trascendente para el crecimiento de la ciudad, pero esto último es arena de otro costal. Por supuesto que también habrá que estar atento al pronóstico, que deberá acompañar rigurosamente a la altura del río. Cabe aclarar, para algún despistado lector, que estos son los dos datos que nadie, pero nadie, puede desconocer en esta época. Gracias al avance tecnológico hoy, estos datos, se consiguen fácilmente.

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