Y entre tantos días tristes, de una espera que fue eterna me tomé los respiros suficientes para no caer tan fuerte. No se si todavía me dí cuenta o si lo haré cuando vuelva a recorrer con la vista cada rincón de ese lugar que muchas veces fue un enorme campo de batallas para mis soldaditos; otras se convirtió en un mapa falso lleno de ciudades, pueblos y campos que recorrí con inagotable imaginación con mis autitos de colección. Espacios que mis helicópteros y aviones fueron sobrevolando cada vez más alto a mediad que los años y los centímetros se iban acumulando.
Antes, la impecable limpieza de los pisos, brillo de lampazo cotidiano reforzado con la lustradora. Ahora, limpieza que se torna, muchas veces, insoportable por no verte disfrutar de otras cosas. Elección de vida caprichosa y egoísta con vos misma. Ya nadie me devolverá tus sonrisas ante mis silencios. El beso de las buenas noches, los cuentos de la infancia, mirar las láminas de animales y plantas que traía la revista gente. Tantas cosas que quedarán para siempre en ese espacio imborrable de la memoria.
Lo último, haberte dado la noticia aquella siesta de diciembre de que ya podías decirme locutor. Hoy pienso, que vida egoísta que no nos permitió abrazarnos el 29 de mayo. Alguna forma encontraremos de fundirnos en un abrazo, seguramente será en un sueño.
La tranquilidad de haberte acompañado hasta lo último, de llevarte hasta ese lugar del que ya nadie te va mover. La sonrisa intacta que hoy se pierde en el vacío y en la oscuridad de un cajón. Por lo menos para mi quedarás en la inmortalidad de mi corazón, nunca te voy a dejar ir.
Sólo decirte gracias, será hasta la próxima ABUELA.
Mayo de 2009
Manuel Carpenco
4 comentarios:
Hermoso Manu... yo no lo podría haber escrito mejor... Un abrazo Meli
Cuanta emoción y cuanto amor.
Claro que ella seguirá siempre a tu lado en cada instante en que te la devuelva la memoria.
Abrazo.
Gabriel.
Hermoso.
Seguro se le esta piantando un lagrimon, como a mi ahora, seguro.
Simplemente... un abrazo!
Por casualidad di con ese relato, no buscaba emocionarme tanto. Escribías hermoso Manuel! un beso y fuerzas.
Sabi
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